Cuando la tarde declina en el porche delantero |
a la hora en que las vacas han callado sus cencerros |
y no se oyen relinchos, y estan callados los perros |
el hijo del señorito pregunta al viejo vaquero: |
¿Podria usted; a mi explicarme que es el aire vaquero? |
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¿Acaso es montar erguido, sacando mucho el pescuezo; |
llevar al paso al «colino» y «ladeao» el sombrero? |
¿O lucir mi traje corto los dias de «corredero» |
hasta que el «palo» sea ya como parte de mi cuerpo? |
¿Cree que yo podre tener algo de aire vaquero? |
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Mi padre siempre me dice que le observe con respeto |
desde que ensilla su «jaca» al clarear la mañana, |
hasta que se va la tarde, y sube por la cañada |
con el «palo» adormecido sobre su hombro derecho. |
Dice mi padre que «uste» tiene el aire vaquero. |
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Eso, «hijo» no es de nadie, y todos pueden tenerlo, |
corre libre en la dehesa, por la marisma y los pinos; |
es aire de Andalucia y esta en todos los caminos, |
y tu tambien lo tendras, a su tiempo y si saberlo, |
veras como llega a ti, despacio, el aire vaquero. |